No quedan muchos restos de los palacios imperiales, pero un ejemplo de ellos puede ser el más grande e impresionante de Roma, que fue construido en el siglo I d. C. por el emperador Domiciano sobre la colina del Palatino, y fue llamada Residencia de los Césares.
Otro ejemplo es la Villa Adriana, qe fue erigida en el siglo II d.C., fuera de Roma, en Tivoli. Fue construida siguiendo los planos hechos por el propio emperador Adriano, que era un arquitecto aficionado.
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